Ilustrar la música electrónica con colores.

Alvaro Liniers Zapata

Trabajo de Fin de Grado
Universidad Complutense de Madrid.
Grado en Diseño. 2ª Promoción. 2012-1016.
Tutora: Isabel Fernández Blanco.

Introducciónz

El objetivo de este proyecto es envolver, crear un ecosistema, atmósferas de colores, que nos permitan diferenciar y ordenar la música por estilos. La música electrónica, al ser muy rítmica y experimental crea emociones muy intuitivas y fáciles de identificar.

Las sensaciones son el hogar de una canción, ¿se trata de un lugar agradable, suave, cálido, relajante? ¿o bien es un ambiente festivo, intenso y de emoción constante?…

Vamos a analizar los colores primarios y secundarios para luego relacionarlos con los sentimientos. Propondremos una manera lógica de catalogar diferentes estilos musicales y explicaremos porqué. Además e repasarán los fundamentos básicos de diseño para apoyarnos y buscar similitudes con la música.

El resultado será una herramienta que haga un refuerzo positivo de la música para que, junto al color, sume. Por ejemplo, si tenemos una canción con un componente cálido, podremos realzar su entorno o contexto con colores igualmente cálidos. Esta herramienta tiene que ser práctica para generar estados de ánimo y tener una experiencia más intensa con la música.

Porque al final la música es un modo, un estado anímico, es verse envuelto en un código de emociones sensoriales, que no se ven, se sienten…

Anteproyecto

Investigación y concepto

En este apartado aparecerán todas las ideas que se verán implicadas para el desarrollo conceptual del trabajo. Servirá como mapa teórico en el que se sustentará el artefacto final. Nos llevará a generar imágenes que nos ayuden a formalizar la propuesta. Será un apartado de ida y vuelta de modo que se pueda utilizar de consulta para posibles dudas de concepto durante la lectura del trabajo. Se trabajará una selección de ideas con las que se delimita el marco de actuación, sin embargo no es definitivo, como todo, se podrá relativizar desde distintos puntos de vista y por eso, es importante que se tome como propuesta de lenguaje para entender el proyecto.

Se tomará como referentes e inspiración textos y libros de Kandinsky, Eva Heller y Pier Schefler, los dos primeros hablan de color, el tercero de música y sonido.

Cualidades del color que ayudan a ilustrar la música

Temperatura, luminosidad, saturación, contexto y forma

Entre todas las cualidades de las que podemos percibir en un color, una de las primeras seguramente sea la sensación de temperatura: el calor y el frío. Los colores cálidos nos transmiten unas emociones mientras que los fríos otras, esto, ligado a la luminosidad nos provocará otras sensaciones, que refuerzan o dosifican la emoción más primitiva del color que se muestra, no es el mismo sentimiento el de un rojo oscuro como el de la sangre, por ejemplo, que otro más luminososo, que se muestre en una pantalla. A esto se le pueden sumar muchos más componentes que modifican la emoción y la expresión de cada color, como la saturación y la intensidad de un color que lo hará más llamativo o más discreto. El contexto en el que se vea envuelto este color también hará que cambie su forma de entenderlo, por lo tanto no será el mismo rojo cuando se encuentre al lado de un amarillo y un verde, que cuando este al lado de un azul oscuro y un dorado. Por último, citaremos la forma, que tiene que ver con el contexto, ya que delimita y separa. Cuando un color se ve enmarcado por una forma nos aporta más información concreta y cerrará el abanico de significados a la hora de enfrentarnos a él, cuando la forma es abstracta será un significado más abierto que cuando es una forma ilustrativa, por ejemplo, haremos trabajar a la lógica con un rojo delimitado por la silueta de una manzana, ya que entenderemos que es una manzana mientras que haremos trabajar a la imaginación cuando vemos un rojo delimitado por una forma aleatoria.

Por lo tanto a cada una de estas cualidades son como si fueran modificadores, ya que sirven de alteración del significado y la expresión de un color, de esta manera, podremos aprovecharnos de su uso como generadores de imágenes. La cualidad que aportaremos como diseñadores será la de la composición, como un bricolador cogemos un modificador u otro y lo usamos a nuestro antojo para hacer la composición de un cuadro, lienzo o pantalla, lo podremos hacer de manera razonada o bien improvisada, dejándonos llevar por las sensaciones e intuiciones externas, como por ejemplo, la música, en este caso.

El color y la música comparten muchas particularidades, al igual que un cuadro, las canciones tienen tonalidades, intensidades, composición… Sin embargo, hay que tener en cuenta que se utilizan diferentes sentidos (oído, vista) y que llegan a nosotros por diferentes caminos, por eso la música es más abstracta en comparación con la imagen, que se ve. Sin embargo, la música es más fácil de sentir ya que implica a la emoción en su propio lenguaje, el del sentimiento; cuanto más abstracto sea el entorno y la forma en el que se muestra un color más puro e irá de un modo más directo hacia nuestro estado anímico, ya que se acercará más a un lenguaje de sensaciones como el de la música.

Abstracción vs. figuración

La forma de escuchar.

Suponiendo que un color oscuro abstrae y uno claro despeja, podemos decir, por lógica, que los oscuros nos llevan a la introversión y a lo personal mientras que los claros a lo social y extrovertido. Las canciones que son más abstractas en sus composiciones son más íntimas y llamarán a la imaginación, ya que son más subjetivas. Por lo tanto tienen un modo de interpretación más personal, se tendrán que sentir de una manera más liberada. Para entenderlas requieren otra forma de escuchar, hay que dejarse llevar por la emoción que expresan sus sonidos. Por otro lado, las que son más figurativas, como por ejemplo las que tienen letra, serán más objetivas y fáciles de entender . No requieren una manera especial de escuchar, tan solo vale con seguir la letra de la canción… No es lo mismo una canción de música clásica que otra de un cantante popular. Uno escribe notas y otro letras.

La canción instrumental hace trabajar a la imaginación en libertad y de manera abierta mientras que la cantada hace que imagines dentro de un marco ya delimitado, compartiendo un mismo tema, una es, por tanto, más abierta que la otra.

Con esto diferenciaremos dos maneras de entrar a la música, dos maneras de entenderla. Si comprendemos que existen canciones más formales que otras podremos identificarlas para catalogarlas y así ilustrarlas con un criterio.

Si entendemos esto, nos servirá como recurso para generar imágenes más formales que otras, más oscuras o más luminosas, más abstractas o más delimitadas en sus formas, como refuerzo para representar una emoción. Queremos comunicar emociones con el espectador y que interactúe con nuestros mensajes visuales y que puedan sumergirse en ellos.

La Composición. Tiempo vs. Espacio

Como metáfora, componer una pieza musical es como si pintar un cuadro. Es un escenario que se rellena con sonidos y ritmos en vez de con formas y colores. Tanto la música como el color tienen profundidad, intensidad, texturas, ritmo… La diferencia está en el escenario donde se diseña. La música se compone en un espacio temporal y la imagen en uno visible. Pero la acción de componer se puede identificar la una con la otra, se dispone de un espacio que hay que rellenar con estímulos sensoriales, unos se oyen y otros se ven.

Cuando la imagen se mueve en el tiempo (vídeo) más relación formal compartirá con la música –ya que también se mueve en un espacio temporal–. Una imagen se asemeja a un sonido al igual que una sucesión de imágenes a una sucesión de sonidos. Esta sucesión de imágenes y sonidos se pueden descomponer en tantas partes como imágenes o sonidos tengan.

Ahora bien, en lo práctico todo esto nos ayuda a razonar que por lógica la utilización de la imagen en movimiento (por ejemplo, una animación) nos ayudará a interactuar mejor con los sonidos en movimiento (por ejemplo, una canción) y que, el número de formas o imágenes independientes que utilicemos ayudará a describir de forma visual lo que se escucha.

Cuanto más exactos queramos ser con nuestras descripciones más elementos visuales deberemos aplicar, pero si quizás queremos transmitir lo esencial de lo que se escucha deberemos ser más sencillos y selectivos en la descripción visual, ya que habrá que elegir el color y la forma mejor indicada1 .

1 Ser más descriptivo o más poético a la hora de ilustrar afectará indirectamente al sentimiento y emoción a transmitir. La forma de ilustrar tiene que ver con el estilo de cada uno, ser más poético está más ligado a lo artístico, aunque una buena técnica podrá llegar a los mismos resultados, dependerá de la sensibilidad y el desparpajo del intérprete que la obra quede o no resuelta.

La velocidad

Estas cualidades aportan el carácter más expresivo y determinante de una canción, enseguida nos permiten hacer una primera intuición para empezar a identificar colores. Por aceptación podemos decir que los colores cálidos son más dinámicos que los fríos2 . Entonces las combinaciones cálidas serán partituras y estructuras de canciones con el tempo más rápido mientras que las más lentas se verán envueltas en colores más estáticos y fríos. Estos elementos permiten hacer participar a la creatividad de cada uno, poder hacer un juego de contrastes cromáticos para transmitir emociones específicas (por ejemplo, colores cálidos para música lenta podría indicar sensualidad).

2 Sin entrar en matices y modificaciones de luminosidad o saturación. Por ejemplo azul eléctrico RGB (de temperatura fría) al ser tan luminoso hace que coja otro significado, ya que se intensifica el color hacia lo llamativo y tendrá más energía interna, lo que le hace más dinámico que calmado. En general cualquier color digital RGB puro es activo solo por la luminosidad que genera. Por eso nuestro color azul del círculo corresponde a música muy enérgica y digital como la que viene a raíz del trance.

La repetición y los patrones. El ritmo

La sensación de orden y el ritmo se representan gracias a la repetición de elementos, estos elementos podrán ser únicos o bien patrones. En música la repetición de un compás con varios sonidos nos dará el ritmo. Si no hay una secuencia de repetición no habrá un ritmo. En imagen igual, se puede transmitir orden, equilibrio, simetría… Mediante la utilización ritmos de imagen, es decir, usando uno o varios elementos que creen una secuencia lógica dentro del lienzo, si la secuencia se puede percibir y se puede leer, el receptor podrá sentir el ritmo de la composición generando en él una sensación de continuidad y armonía.

En la música, el número de sonidos diferentes en una misma secuencia marcará la complejidad y la musicalidad del ritmo. No es lo mismo una base de 4 golpes donde todos los golpes corresponden al sonido de un bombo (bombo-bombo-bombo-bomo), que si la secuencia es bombo-platillo-bombo-bombo; el nuevo sonido del platillo marcará otro ritmo, otra lectura y otra sensación al escucharla. Lo mismo pasará con nuestras imágenes. Si hacemos secuencias mediante el uso colores y formas podremos expresar ritmos. La estrategia que sigamos con el uso del color y las formas tendrán un papel importante a la hora de generar una sensación u otra.

En la música industrial (en especial, el techno), el uso de secuencias repetitivas y monótonas hace de los festivales casi un ritual, donde cada golpe es un estimulo que llega al cerebro. El uso reiterado del mismo estímulo es un bucle de ida y vuelta constante en quien lo escucha. Cuando la repetición genera rechazo puede ser por la sensación de monotonía, el oído se satura al escuchar el mismo sonido durante horas. Cuando la escucha pasa a otro nivel se puede dominar esta sensación de estrés. Esto se consigue a medida que se va navegando entre las capas de la composición y dejándose llevar por la emoción. Este tipo de música es más sensacional y abstracta por lo que requiere de una escucha más abierta, no podemos pretender entender de la misma forma la música techno que la música POP.

El color verde, que se muestra como un color de equilibrio ente el cálido amarillo y el frío azul, será representativo para composiciones donde predomine la repetición, pero nos sugiere una repetición calmada y constante, como si fuera el de un ritual. Cuando es de velocidad rápida nos mueve a colores más dinámicos como el rojo. El rojo contiene fuerza compacta y sólida, nos aporta más grosor que por ejemplo el amarillo, que es más luminoso y agudo, que se percibe más débil y moldeable, y si el ritmo conlleva una estructura interna, tiene más solidez interna, por eso un amarillo tiene otras cualidades en su interpretación antes que la repetición y el ritmo. Diremos que el amarillo será para música más liberada donde la emoción es otra antes que la repetición.

Si conseguimos dominar y entrar en la secuencia que encierra cada ritmo –sea del estilo que sea–, sabiendo interpretar y captando lo esencial de cada canción, podremos interiorizar mejor la canción y usar secuencias visuales más representativas.

Fondo y forma

Antes hemos dicho que la forma delimita un objeto, y lo delimita dentro de un espacio, el espacio negativo que deja es el fondo. Los dos juntos forman un todo, se pueden diferenciar pero no separar, porque no hay forma sin fondo. Las formas delimitan y modifican su contexto.

Imagínate que un sonido es igual a una forma. Entonces muchos sonidos son muchas formas. Entonces tenemos un ritmo, una melodía y una musicalidad (el fondo).

El espacio que deja cada forma es lo que estamos sintiendo al ver o escuchar, sin embargo no le hacemos caso si solo vemos formas. «Si vemos una jarra, no vemos los dos perfiles de las caras y viceversa». Si escuchamos los sonidos por separado no escuchamos la melodía y la musicalidad de la canción –el fondo de la canción–. Cuando un miope sin gafas mira un paisaje estará viendo estímulos de formas y colores, pero sin definir, por lo que sabe que es un paisaje pero no puede distinguir si lo que ve son cipreses o plataneros; con la música pasa igual, cuando estamos enfrente de los altavoces, escucharemos la letra de la canción, pero si nos vamos alejando cada vez más acabaremos escuchando ritmos cada vez más difusos. Otro ejemplo sería escuchar una canción de una lengua que no entendemos, nos centraremos más en los ritmos que si la entendiéramos… Estaremos entonces en el plano del fondo, que está más ligado a la emoción y el color de la canción. Para llegar al fondo de la música habría que dejarse llevar por la intuición antes que por la razón.

Escucha intuitiva y abstracta: Consiste en hacer una escucha de sensaciones, es decir, sentir la velocidad, la agresividad de los golpes ¿son sonidos suaves, duros, graves, agudos…?, esta escucha debe ser rápida y emocional. El oído se vicia cuando se intenta describir lo que se escucha, cuando se busca la explicación técnica de la canción, nos hará plantearnos más dudas para catalogar a un color. Generalmente, Canciones rápidas casan con colores cálidos. Graves y lentos con profundos y fríos. Pero pueden haber excepciones, dependiendo del contexto y la atmósfera de esa canción. La atmósfera son las texturas, vocales, la intensidad, e instrumentos empleados que envuelven a una canción, está ligada al fondo más que a la forma.

La clave es escuchar lo que se siente de forma rápida e intuitiva, sin contaminarse.

La letra de la canción con lo que podamos sentir con ella, por que lo esencial de la canción será la música en sí y no la letra, la letra sin embargo si refuerza el sentido y focaliza su color, por ejemplo, una canción sin letra nos llevara a un color en función a la rapidez, el tempo, la intensidad, los instrumentos empleados… lo que oímos de ella; la letra sería como un componente más que refuerce el sentido, pasando de algo abstracto a algo más objetivo, por ejemplo, si habla de dolor o tristeza y lo hace junto con una instrumental melódica y calmada, serán colores fríos como un azul marino, por ejemplo, pero si la velocidad es rápida y los instrumentos con golpes más duros, le pegará por lógica un color cálido como un rojo oscuro por ejemplo, es decir, el fondo siempre es lo que predomina en la música, y es a lo que hay que hacer caso, es el primer indicador de color, la forma (lo que de manera más explicita indica) debe ser el segundo filtro a realizar, por ser algo más externo, nos interesa lo sensacional, lo intuitivo, lo que se oye sin escuchar, como si fuéramos un extranjero que no entiende la letra y solo percibe velocidades e intensidades del sonido que se está emitiendo. Por lo que hay que empezar a abstraer los sonidos y catalogarlos de manera sensacional e intuitiva, sin las denotaciones, con las connotaciones, una escucha paralela, como si alguien gritara y solo sintieras miedo y angustia, imagínate que lo que sientes va por delante de lo que razonas.

Una misma canción puede tener varios momentos de interpretación, que los hemos despiezado en fondo y formas, siendo la forma la parte más tangible, la que se ve (la jarra o las caras) o la que se oye (el golpe del sonido); y siendo el fondo la sensación final que nos deja. El ambiente que se genera como resultado final será la atmósfera, y va a ser la más influyente de la composición, la que determine la sensación final, es algo más genérico, hablaremos de atmósfera oscura, luminosa, cálida o fría.

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